La medianoche del pasado día lunes 1 de mayo en Ginebra fue histórica, porque por primera vez para la humanidad se aprobó como estándar de derecho un formato electrónico ofimático y documental que cuenta con implementaciones en productivo y que además es abierto y libre.
Significativo es que ningún país votó en contro (incluida España). Esa unanimidad acelerará 6 meses la publicación definitiva pase a que aún quedan un par de retoques burocráticos para que su publicación se oficialice. Pero lo importante es que ya está asegurado: Habemos Estandar. Y todo eso se ha logrado con gran esfuerzo por parte de los asociados a la Alianza ODF, a la Sociedad OpenDocument y a OASIS, y muy a pesar de las presiones en contra ejercidas por cierto monopolio informático que a toda costa pretende imponer su formato alternativo, "no tan abierto" y aún en desarrllo...
Ahora, brindemos, démosle la máxima difusión... y todo el mundo a usar y exigir ISO 26300.
Así, las implicaciones de este nuevo estándar oficial serán variadas y muy importantes:
La principal de ellas es que a partir de su publicación definitiva, esperada para agosto de este año (aproximadamente), cualquier ciudadano podrá dirigirse oficialmente a sus administraciones públicas usando el formato especificado por es estándar oficial ISO/IEC 26300 (OASIS OpenDocument).
Obviamente, esas administraciones estarán obligadas a poder leer ese formato para así responder adecuadamente a la comunicación oficial de su administración.
Por otra parte, el hecho de que este formato sea oficial, internacional y de derecho, implica que ya nunca más se nos podrá obligar a los ciudadanos, en entornos públicos, a remitir nuestra documentación en formatos cerrados y propietarios. Porque claro, ahora, sí existe una alternativa estándar oficial y con implementación en productivo. Por otro lado, cualquier ciudadano podrá exigir que no se le obligue a adquirir un producto de una empresa concreta a la hora de poder leer un documento remitido por una administración pública. Se podrá exigir a esa administración que remita, o incluso que publique, dicho documento en formato ISO 19005 (PDF/A) o en formato ISO 26300 (OASIS OpenDocument).
En resumen, se puede comprobar que la presión civil puede incluso obligar a las administraciones públicas a instalar en sus computadoras, o incluso a migrar para mayor practicidad, aplicaciones informáticas que soporten los dos estándares citados.
En el caso de ISO 19005 las administraciones lo tienen relativamente fácil, pues la aplicación más extendida, Acrobad Reader, es capaz de leer el PDF/A. También lo hacen aplicaciones alternativas como Xpdf, Evince y otras.
En el caso del nuevo ISO 26300 la cosa se complica algo más, pues el fabricante de la aplicación ofimática más difundida, Microsoft con su MS Office, se niega a soportar el estámdar oficial OpenDocument. Por suerte, como veremos, la capacidad de expandir su uso de OpenDocument no se ve tan cohartada por esto.
Por otro lado, y ante la negativa del lider del mercado,la fundación OpenDocument norteamericana acaba de confirmar que ya dispone de un plug-in para instalar en MS Office y que permitirá leer, modificar y escribir documentos en formato OpenDocument desde la popular suite ofimática.
Este plug-in, por supuesto, facilitará mucho la adopción del nuevo estándar por aquellas administraciones públicas que ya han decidido hacerlo como norma. También facilitará enormemente las migraciones a las aplicaciones que sí siguen la normativa estándar, pues este plugin permite exportar (traducir) los documentos de los formatos .doc .xls y .ppt de la popular suite Microsoft, al formato OpenDocument oficial.
Para más información: estandaresabiertos.org
19 mayo 2007
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